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Por Scarlett  Lee

Como pequeños flashazos llegan los recuerdos de mi infancia. Unas veces por la añoranza de aquella inocencia que no me dejaba cometer errores, tener preocupaciones y sufrir por amores no correspondidos. Otras veces, en conversaciones de grupo en la que narramos nuestras peripecias de la niñez con sonrisas en los labios y ante el asombro de los oyentes, que nunca imaginan que seas autor intelectual de tal y más cual travesura.

Recuerdo cómo fui activista destacada en los juegos de las cuatro esquinas (especialmente cuando no había corriente), de damas, de parchí, carreras en zancos, bolas (canicas) y por supuesto, de los juegos a las casitas con aquellas muñecas hechas de trapos y las cuquitas de papel.

No tenía barbies u otros juguetes de esos caros, (yo nací en los 90, en pleno período especial) y mucho menos, vinieron a visitarme alguna vez los Reyes Magos; pero fui feliz y mis padres pusieron todo su empeño en que fuera una mujer de bien, con principios, estudios y valores.

No siempre son los Reyes los que traen los juguetes

Unos cuantos años después, he sido una suerte de víctima casual de la manipulación mediática a la que han sometido el día de los Reyes Magos, un puñado de los nombrados opositores cubanos en las redes sociales. La intención: intentar demostrar la culpabilidad del gobierno y su debilitada economía en el hecho de que esta tradición se haya perdido en la sociedad cubana, porque…” los padres no tienen qué y con qué comprar juguetes a sus hijos para regalarles en esta fecha”.

Al mismo tiempo, pregonan que las llamadas Damas de Blanco y los miembros de la organización denominada Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) realizaron actividades con la participación de cientos de niños, juguetes y dulces; todo gratis; a pesar de que muchos de estos recursos de procedencia ilegal, le fueron ocupados por la policía.

Hasta ahí todo bien, el pollo del arroz con pollo es el siguiente: el dinero y los recursos para todos estos montajes no proviene de los bolsillos de hombres y mujeres que dedican sus vidas a la filantropía, si no de las alcancías del contribuyente americano y dos de sus peores exponentes: la terrorista  Fundación Cubano Americana (FNCA) y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), como parte de su estrategia subversiva contra la Revolución Cubana. Y como si fuera poco, ahora la UNPACU anuncia en Internet el inicio de una campaña titulada: “A cada niño cubano sin regalo… un Rey Mago”, una versión más avanzada de la misma manipulación del Día de Reyes.

Lo peor del caso, es que algunos cubanos pueden no advertir la artimaña, el engaño disfrazado de buenas intenciones. Del mismo modo, que los niños no entienden que son utilizados para mentir en campaña y para justificar el uso de  el dinero enviado por los amigos del Norte.

Una alternativa a lo cubano:

Si no podemos impedir que estos contrarrevolucionarios monten sus shows, reciban su dinerito (que es bastante) y pasen como buenos ante la vista de algunos; sí podemos realizar nuestras propias actividades con los recursos con que contamos, con el elenco artístico que nos honra, con lo poco puesto a disposición del pueblo. Con la implicación de los representantes del gobierno, de sus organizaciones de masas, con los ministerios del Deporte y la Cultura, y más que eso; con el corazón y mucho amor para repartir.

Así como sucedió el 5 de enero en las comunidades de Altamira, Vista Hermosa, Santa Bárbara etc.; donde payasos, la Colmenita, dulces, galletas y caramelos no faltaron en esa noble tarea de hacer reír a los niños. Tengamos presente que todo el esfuerzo realizado para construir a nuestros infantes un futuro seguro, garantizar su educación, formar sus valores y principios,  siempre será pequeño. No permitamos que la celebración del día de los Reyes Magos en Cuba, sea la sazón para el ajiaco de mentiras de una campaña “made in USA”.