Por Eva Góngora
Por estos días anda la contrarrevolución sumida en una fuerte crisis existencial. Sin reales poderes de convocatoria dentro de la población y una notable imagen dañada y poco creíble, no les ha quedado otra alternativa que aprovechar la cercana visita del sumo Pontífice a la isla en septiembre próximo, para generar sus archiconocidas perretas.