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Por Odette Elena Ramos Colás/Foto: Guibert
Las personas que sufren enfermedades mentales a menudo son rechazadas y aisladas; muchas veces sus propios familiares deciden internarlos ante el hecho de que no están preparados para lidiar con tales padecimientos.
Es por eso y con el objetivo de rehabilitar y lograr la reinserción social de los enfermos mentales, que se creó hace 39 años el Hospital Psiquiátrico Provincial Docente Gustavo Machín, el cual por estos días está de aniversario.
La Dra. Daisy María Boris Savigne, especialista de segundo grado en psiquiatría, profesora auxiliar y consultante, y fundadora de este centro asistencial aclaró que antes de convertirse en hospital psiquiátrico, el inmueble era el antiguo leprosorio San Luis de Jagua, y que para estas funciones fue inaugurado en el año 1945, o sea hace siete décadas.
Es a partir de 1976 que se comienza a atender a pacientes con problemas de salud mental del territorio oriental, según la división político-administrativa de aquellos años. Posteriormente con el desarrollo de esta dependencia en el país, se continuaron atendiendo fundamentalmente a los de la parte sur de esta región.
“Desde su inauguración este hospital se trazó metas con la aspiración de no constituirse en un manicomio más en el que solo se internaran a estas personas, sino de ser un psiquiátrico de nuevo tipo. Por tanto instauramos una serie de pautas en el aspecto asistencial, en el administrativo, en la docencia, la investigación científica, y fundamentalmente en relacionado con la rehabilitación y la reinserción del enfermo mental a su comunidad.
“Desde el punto de vista asistencial nos diversificamos, porque se veía la patología psiquiátrica en sentido general, y dentro de esta, la psicosis más frecuente era y sigue siendo la psicosis esquizofrénica; también se acogieron a los pacientes con cuadros neuróticos, que constituyen más del 80% de la atención psiquiátrica desde el punto de vista ambulatorio”.
La doctora argumentó que en el centro se desarrolló igualmente la atención a situaciones mórbidas frecuentes, entre estas la toxicomanía y uso indebido de drogas, para ello cuentan con salas de desintoxicación y de deshabituación; así mismo las depresiones, que constituyen en este momento la segunda causa entre las morbilidades de todas las especialidades, y su complicación más frecuente que es el intento suicida.
En el orden de la docencia, este hospital ha graduado en 39 años más de 100 especialistas de primer grado en psiquiatría, que cubren las necesidades de Santiago de Cuba y de otras provincias del territorio en esta rama. Por otro lado, el centro tiene líneas definidas de investigación, entre las que se destacan: la depresión, la conducta suicida, el adulto mayor, el uso indebido de drogas y el alcoholismo.
“Otra línea de investigación de importancia, resulta la rehabilitación psiquiátrica y la reinserción del paciente a su medio idóneo: el medio familiar y su comunidad, pues sabemos que es precisamente esta última la que conoce a sus miembros y sabe la mejor forma de atenderlos y orientarlos adecuadamente. Las personas a veces no se dan cuenta que el rechazo social que sufren muchos enfermos mentales puede empeorar su trastorno.
“Tenemos que cambiar viejos esquemas porque todavía luchamos con quienes piensan que ellos están mejor en el hospital, y no es así. El enfermo teniendo en cuenta su discapacidad, y las posibilidades remanentes que le da su padecimiento, puede interactuar con la sociedad y sentirse miembro activo de esta. Todavía no hay una conciencia plena de que todos tenemos que intervenir en la rehabilitación y en la reinserción del enfermo mental, y en eso tenemos que seguir trabajando, principalmente con la familia”, insistió la Dra. Boris.
Otro de los logros del “Gustavo Machín” de Songo La Maya, ha sido la creación y desarrollo de la psiquiatría forense. Antes, cuando se necesitaba peritar alguna persona que cometiera un delito, de la cual se presumía que tuviese algún trastorno psiquiátrico que constituyera un factor de peso para llevar a cabo esta infracción, era preciso enviarlo a La Habana, única dependencia de este tipo que desarrollaba esa actividad pericial.
“Al poner en marcha en esta institución el servicio de unidad legal, ya el tribunal en sus distintos niveles nos envía las personas cuyo delito puede tener alguna relación directa o indirecta con un trastorno mental, como “asegurados”, no presos, para determinar su imputabilidad o no, en diferentes grados.
“En la actualidad, nuestro servicio de psiquiatría forense se presta por consultoría o por ingresos, fundamentalmente a la región oriente-sur y algunos casos que por sus características, a veces envían de la zona norte y hasta de la capital del país. La creación de este departamento también ha permitido la superación de los profesionales, quienes sin dejar de desarrollar su actividad en la psiquiatría general, podemos decir que son expertos en los problemas legales de esta rama e intervienen en las comisiones periciales tanto a nivel municipal como provincial”, argumentó la doctora.
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