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Por: Jesuita Guillermo Ortiz
(Fragmentos de la entrevista ofrecida por el cardenal cubano Jaime Ortega y Alamino a los micrófonos de Radio Vaticano)
(RV).- La “salida misionera” de Francisco está por alcanzar otro de sus destinos. El Papa llega en pocas horas a Cuba. Allí, esperando al Santo Padre, nuestro enviado especial, el jesuita Guillermo Ortiz encontró al Cardenal Arzobispo de la Habana, Jaime Lucas Ortega y Alamino, con quien mantuvo una larga y cordial conversación en la que se traza un recorrido a través de la historia del querido pueblo cubano y de la evolución de sus riqueza espiritual, heredada de los misioneros y tantas veces puesta a prueba con las dificultades económicas, políticas y sociales. La cultura del encuentro y del diálogo también es puesta de relieve en este diálogo, recordando que es precisamente esto lo que permitirá “abrir las puertas de Cuba al mundo”.
R.V: Para Radio Vaticana desde Cuba, con motivo de la visita de Papa Francisco a Cuba y Estados Unidos; estamos aquí con el Cardenal Ortega, Arzobispo de La Habana. Monseñor, muchísimas gracias por estar con nosotros, la Audiencia de lengua española de Radio Vaticana.
C: Con mucho gusto, en esta ocasión, con el corazón siempre emocionado por la cercanía de la visita del Papa Francisco, a Cuba, que todos esperamos con mucha alegría con gran afecto.
R.V: Monseñor, la imagen que yo tengo de usted es de cuando se publicó la foto de ese texto que usted le pidió a Bergoglio cuando él hizo su exposición ahí en las congregaciones, antes del cónclave y que usted quería conservar hacerlo conocer y difundir. Monseñor, vengo a Cuba pasando por El Salvador donde hice el camino de moseñor Romero y por Santo Domingo donde todo empezó, donde está la Cruz de la Catedral Primada de América, símbolo de estos quinientos años de la evangelización y además dice arriba de esta imagen de la virgen que hay en la entrada, Nuestra Señora de la Antigua: “Nuevo Mundo halló Colón”. Por quel entonces, mucha gente vino a este nuevo mundo buscando riquezas y este pueblo latinoamericano que en este momento podemos decir que está muy agobiado por la pobreza y por la miseria; sigue teniendo una riqueza extraordinaria que ofrecer al mundo, que es la riqueza de la Fe. En este marco de la riqueza de la Fe ha exportado a un Papa, tenemos a un Papa latinoamericano que hoy nos ofrece descubrir un nuevo mundo de relaciones entre los pueblos, entre nosotros; tratarnos mejor entre nosotros y siempre en ese marco de la riqueza de la Fe que también tiene Cuba para ofrecer. ¿Qué nos puede decir al respecto de la Fe de los cubanos?
C: Quizás el pueblo cubano no tiene la alta práctica religiosa de otros pueblos latinoamericanos. Pienso por ejemplo, en México, en Colombia, incluso en países como Brasil; pero la fe ha estado aquí siempre presente desde el inicio de toda esta gesta colonizadora, porque fue al mismo tiempo evangelizadora. Hay en nuestra tradición cubana una presencia inicial de la Iglesia católica, incluso con misioneros laicos en los primeros momentos, en los que todavía era una isla de tránsito porque Cuba también tuvo esta condición; ya que hubo una duda increíble pero cierta de Cristóbal Colón, de que había llegado a un continente por el largo de la Isla hizo un recorrido y resultó que no era el continente. Cuba se vuelve entonces, en un lugar de tránsito y eso hizo que el país tuviera un lentísimo crecimiento incluso poblacional, eran pocos los que quedaban, la mayoría seguía de paso. También la evangelización estuvo marcada por este “pasar”. Los misioneros hacían estancias pero pasaban por Cuba para ir a los virreinatos de México y del Perú, etc. Por otro lado, la riqueza en oro y en minerales presentes en Latinoamérica, hizo que la vista se fijara en aquellos lugares y que Cuba siempre continuara siendo más bien, un lugar de acogida de adaptación de muchos, incluso de misioneros católicos y de tránsito. Pero esto le dio a Cuba una cualidad muy especial: está entre el continente del Norte y Del Sur; debido a su posición marítima estratégica La Habana se convirtió en centro de fabricación de embarcaciones convirtiéndose en un lugar donde se cruzaban las culturas . Todo esto le da una característica especial a la Isla de Cuba, de forma que si bien no tenía en un principio los privilegios de los lugares que tenían oro, plata y recursos minerales, tuvo la oportunidad de ser un lugar de encuentro; en el cual todo se podía organizar para llevarse, traerse o distribuirse a la metrópoli. Aquí se crea entonces, desde el inicio una riqueza cultural que hará que crezca el valor de Cuba, que la Corona española la llame “la Perla” y luche tanto por no perderla. Toda América se independizó en el siglo XIX y Cuba permanecía siempre como “la Perla” de la Corona. Los cubanos tuvieron que luchar muy fuerte para independizarse de aquella realidad, que en su momento había constituido un ente formador para la Isla, pero que con el paso del tiempo, no compartía la misma identidad. Esta es nuestra Historia y esto ha marcado a nuestra Isla hasta el día de hoy.
R.V: Qué importante es Señor Cardenal, esta cultura del encuentro, esta historia de la Isla en este momento en que Papa Francisco insiste tanto con la cultura del encuentro, del diálogo el encontrarse entre las personas con Cristo; esta experiencia de Jesús y esta experiencia de Fe, vivida a través del encuentro con el hermano, con el prójimo y entre los pueblos. Así como se descubrió un nuevo mundo, tal y como está escrito en la Catedral de Santo Domingo; Francisco nos invita ahora a descubrir un nuevo mundo de relaciones humanas entre los pueblos, diverso y distinto a partir de la Fe .
C-: Creo que el Papa Francisco ha llevado a feliz término, en el caso de Cuba, el llamado que hizo el Papa Juan Pablo II al partir de aquí, de La Habana. Después de su visita, que yo considero impactante, extraordinaria para Cuba; ya disminuido con sus fuerzas físicas pero con una presencia espiritual moral estremecedora; el Papa vino acá y en el aeropuerto dijo una frase que ha trascendido la historia y cuyo eco hoy continúa sintiéndose con fuerza: “Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”.
Era como un resumen de todo lo que dije antes, de esta isla que tiende a ser cerrada por el mar que la rodea, como es lógico, pero al mismo tiempo; la hace un sitio de encuentro, como usted ha dicho. Era un llamado a que aquella vocación geográfica e histórica de Cuba se realizara hoy en este mundo nuestro, también en lo social, en lo económico y en lo político. También otros países del mundo estaban viviendo cambios. Los países del Este Europeo, antiguos países comunistas también estaban cambiando. Había una nueva realidad, Europa se configuraba de nuevo y en ese momento Cuba había quedado cortada de aquellos países con los cuales tenía relación comercial, financiero y cultural; y que incluso habían enriquecido el pensar y el sentir de muchas personas. Había entonces una especie de aislamiento mayor debido al bloqueo norteamericano desde el punto de vista comercial.
Entonces viene el Papa Juan Pablo II con esa vocación de encuentro y hace aquel llamamiento. Realmente el llamamiento lo hizo hace casi 18 años y sin embargo en la historia se ido “como verificando” y continúa verificándose cada día. A partir del 17 de diciembre de 2014, cuando los dos presidentes de Estado Unidos y de Cuba, anuncian una nueva relación que será un camino difícil pero que tendrá su inicio con relaciones diplomáticas y embajadores en ambos países, lo cual es un cambio impactante; cuando llega ese momento se abre una etapa nueva en esto. Una hermana religiosa que trabaja conmigo, me comentó aquella mañana: “Se está cumpliendo la profecía de Juan Pablo II. Debe estar él desde el cielo mirándonos hoy, porque Cuba se está abriendo al mundo de una manera especial”. Y era cierto. Digamos que ella había hecho un comentario (no el más periodístico pero sí el más exacto, quizás) de todo lo que estaba sucediendo.
Y claro, ahora el Papa Francisco viene en esta coyuntura. Fue mencionado por ambos presidentes en aquel memorable momento histórico, no sólo importante para Cuba sino para todo el mundo: precisamente por esa vocación de influjo y receptividad que tiene todo lugar de encuentro político y social, como lo ha sido siempre Cuba. Esto influyó en todo el mundo entero. Ahora el papa viene y visitará ambos países. Es como si fuera un decir “ustedes han mencionado cuánto he estado yo presente en los inicios de este acercamiento, y ahora yo voy a confirmarlos en este andar para que continúe”.
R.V: Señor Cardenal, pienso que ésto de lo que estamos hablando, este acompañamiento y presencia de los Papas tiene mucho que ver con una opción de la Iglesia por el diálogo, por buscar la reconciliación. Ya un antecesor suyo, el cardenal Manuel Arteaga en el tiempo de la República, dijo:” He proclamado que nuestro triunfo no puede ser otro que captarnos el amor de nuestros contrarios a fuerza de amarlos y he rehusado tenazmente a confiar en otra victoria que no sea la victoria de la cruz. Ni venceremos por la política ni por la guerra, sino por el amor”. Qué importante es desde el punto de vista de la fe la opción que propone la Iglesia.
C: Claro. En la época en la que el cardenal Arteaga fue nombrado cardenal, había muy pocos cardenales en América Latina. Era uno de los tres cardenales que había en este continente. Y vuelve de nuevo la vocación de Cuba de estar presentada en la realidad de aquel momento, de tener un papel a pesar de su insularidad, de su pequeñez geográfica pero teniendo un “influjo continental”. Ha sido así siempre. Qué diríamos ante San Juan XXIII, un hombre que lanza al mundo un llamado de paz profundada en esta misma, digamos filosofía que usted acaba de expresar del Cardenal Arteaga, quien hablaba así en épocas de Pío XXII. SanJuan XXIII expresa esta nueva realidad del mundo en la “Pacem in Terris” y pone también a la Iglesia frente a todos los que no son Iglesia, a todos los que el cardenal Arteaga llamó contrarios, ajenos o distantes de nosotros y los pone en un diálogo. Los invita a un diálogo y para esto convoca a un Concilio, un concilio transformador. Estas serán las huellas que luego seguirá Pablo VI que están expresadas en una frase emblemática e iluminadora: “Diálogo es el nuevo nombre del amor”, y el amor es lo esencial del cristianismo, por lo tanto estamos en ese sendero y por ahí también marchaba la Iglesia cubana en los momentos difíciles de sus relaciones con el Gobierno en Cuba, en los años 60, en los 70. La Iglesia en Cuba anduvo siempre en ese camino, y no en otro. Volviendo al Papa Juan Pablo II, él fue un hombre de diálogo que vivió esta experiencia en su propio país al intentar fomentar esta cultura del encuentro. Muchos no lo entendieron, otros lo ignoraron, otros no comprendieron cuando él dio esos pasos que eran prácticamente avanzados dentro de su contexto sociopolítico de Polonia, pero él siendo un hombre de diálogo; quiso siempre llevar ese diálogo con todos los países del mundo, en todos sus viajes. Después Hemos visto también al Papa Benedicto con su capacidad de intelectualizar, de dejar “joyas de pensamiento en la Iglesia” que serán perennes; hace la teología y la proyección futura de esa nueva realidad de la Iglesia de manera increíble. En conversaciones con él, tengo el testimonio de su apertura de su capacidad para comprender el mundo actual, no solamente en el aspecto intelectual y filosófico; sino en el aspecto realmente humano de lo que está pasando en la realidad. Ahora ha venido un Papa Latinoamericano, que ha pasado todo lo anterior, al lenguaje a los gestos y a las actitudes que el mundo de hoy espera, comprende, valora y necesita. Creo que la frase tan antigua y repetida de que “Dios le da al mundo en cada momento el Papa que necesita”, se verifica.
R.V: Siguiendo con este tema de la historia de la Iglesia cubana hay un documento muy lindo, el mensaje de la Conferencia de los Obispos católicos de Cuba de 1993, “El amor todo lo espera”, donde continúan los obispos con esta historia en la opción por el diálogo: “Las dificultades de Cuba debemos resolverlas juntos todos los cubanos, esto se debe hacer mediante el diálogo, se trata de buscar la verdad con un corazón dispuesto a la comprensión y al dialogo”.
C-: Siempre ha sido nuestra manera de poner en práctica algo que es adquirido en nuestro pensar y sentir, como obispos a través de todo este camino.
R.V: Cardenal yo le iba a pedir un pequeño mensaje para todo el pueblo de lengua española especialmente toda Latinoamérica recordando el mensaje ultimo del Papa Francisco , es un pedido para todos nosotros no solamente para los cubanos. Esta visita del Papa puede repercutir en tantas situaciones, entre las familias y los países; esta invitación a “descubrir este nuevo mundo de la misericordia”, del perdón, del encuentro, de nuevas relaciones que pueden darnos oportunidades extraordinarias realmente con la fuerza y la ayuda de Jesús. Desde Cuba con la visita de Papa Francisco dos palabras para todos los oyentes que seguirán esta visita de Papa Francisco a Cuba, del Arzobispo de La Habana.
C: El amor de Dios a los hombres que se manifestó en Jesucristo tiene que manifestarse hoy en nosotros para todo, y el Papa en cada visita papal y cada visita apostólica; no nos viene a “confirmar en una fe para que creamos en Dios”, sino para que “creamos en el camino del amor” y para que pongamos en práctica el amor en este andar de la Iglesia; en estos momentos, tomando como siempre toda la tradición de nuestra Iglesia de Cuba para convencer a todos de que Cristo está entre nosotros, de que el señor vive y de que esta es la única realidad que el mundo espera y necesita: conocer a Dios, que es amor y que el amor está presente en aquellos que siguen a Jesús.
R.V: Muchísimas gracias señor cardenal.
C: Gracias a ustedes.
(Radio Vaticano)