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Por J. Loo Vázquez Foto J. Loo Vázquez
Michel Mirabal no es un creador fácil, de esos cuya obra agrada a todos por igual. Su discurso puede ser inquietante, alternativo, incómodo y perturbador, en la superficie, para luego florecer en un convite a reflexiones serias y profundas, siempre con un toque de historia y un trasfondo social y muy apegado a la actualidad.
Él es un cronista social moderno que nunca va a ser un artista “agradable”, como no lo son aquellos que pretendan hacer reflexionar con su obra, a todo aquel que se asoma al mundo creativo de la plástica.
A juicio de este periodista, a Michel Mirabal quizás le falten unos cuantos años –requisito establecido por no se sabe quién–, para ser un gran artista. El tiempo, como casi siempre, tendrá la última palabra, pero hoy se planta como un creador que desborda sus inquietudes en un arte provocador y polémico, pero muy genuino.
¿Por qué de todos los elementos visuales que pueden representar a Cuba, la cubanía o los cubanos y las cubanas, escoges precisamente la bandera, un símbolo nacional?
Durante mucho tiempo estuve buscado un elemento que fuese común para todos los cubanos, no solo los que viven en el país sino también para los que están en cualquier parte del mundo.
Ese elemento es la bandera, que nos abraza a todos, que cabemos todos, y que además, plásticamente hablando, es muy hermosa, con colores muy lindos.
Eres conocido como “el pintor de las banderas”. ¿Qué significa para ti ese apelativo?
Ahora soy el pintor de las banderas, me dicen así, pero antes era el pintor de las manos porque tenía un personaje que diseñé y creé, que es una mano con cuerpo de hombre, y que iba por la vida haciendo las mismas trastadas que hacemos nosotros, por eso primero me decían así.
Ahora me he enfocado más en el tema de las banderas aunque tengo otras muchas más series, pero las banderas han tenido una popularidad que ni yo mismo me imaginaba, en Cuba y fuera del país.
De hecho, la primera vez que hice una no fue cubana, sino que fue puertorriqueña, en el año 2002, después hice la nuestra y de aquella época hasta la fecha ha evolucionado, es muy diferente.
¿Cómo ha evolucionado el tema de la bandera en tu obra?
La primera bandera que hice en mi obra, la puertorriqueña, tenía alambres de púa, y reflejaba el problema que había en Vieques.
Después me dije, en Cuba no tenemos los problemas que existen en Vieques pero también tenemos cosas buenas y malas como en el resto del mundo, entonces hice la bandera cubana, con alambres de púa pero con flores.
Después, pictóricamente hablando, le he incorporado otros elementos como los casquillos de bala, arroz, tuercas, tornillos, diferentes colores, diferentes azules y rojos, lo que ha ido enriqueciendo la idea original.
Todos esos elementos nos identifican como cubanos, nosotros para tener estas libertades hemos tenido que luchar y se ha derramado bastante sangre y hemos perdido muchas personas valiosas. Por ejemplo, el casquillo es lo que queda después del disparo, es la huella de lo que hemos luchado y de lo que falta aún por luchar, pero también el arroz es indispensable para nosotros los cubanos… son elementos que nos identifican.
De continuar con la serie de las banderas, ¿qué nuevos elementos crees que identificarán a los cubanos en el futuro y en la actualidad?
Bueno recientemente también he incluido la bandera norteamericana. Hay muchos artistas en el mundo que la han pintado, pero lo interesante es que antes del 17 de diciembre de 2014, ya yo trabajaba ese tema, y también la combino con otros elementos, como los casquillos de bala, los alambres de púa, entre otros.
No sé qué nos depare el futuro, pero espero que sean más flores que alambres de púa.
Te autocalificas como un artista social, más que un artista político. ¿Por qué y qué significa en Cuba ser un “artista social”?
Cuando voy por el mundo la gente piensa que soy una persona que está en desacuerdo con el gobierno cubano y que soy un opositor, y en Cuba me dicen todo lo contrario. No estoy de acuerdo ni con lo uno ni con lo otro.
Yo creo que todo ciudadano del mundo tiene que tener el respeto y la decencia de decir las cosas que se sienten bien y las que se sienten mal, para que funcione un país, si te duele el callo grita, y si te queda bien el zapato que te acomoda el callo, también lo tienes que decir.
Mi obra es social porque la vuelco a la sociedad. Mi obra no es para dar una posición política, es para decir socialmente lo que nos gusta y lo que no de las decisiones políticas
.Tu obra ha recorrido el mundo, desde Canadá, los Estados Unidos y en noviembre piensas exponer en Roma y en el Vaticano, pero ¿qué de especial puede tener exponer en Santiago de Cuba, conocida como la Ciudad Héroe o Heroína, y actualmente también como la Capital de la Historia?
En el año 1998 yo vine a Santiago de Cuba cuando me gradué, con una exposición colectiva. En aquel momento me dije que me gustaría hacer una exposición aquí pero cuando tenga algo que esté al nivel de la ciudad y de su historia.
Tuve la oportunidad varias veces de hacer exposiciones aquí, pero no tenía en esas ocasiones un tema que se correspondiera con la ciudad, su devenir y su gente
Yo he venido más de 30 veces a Santiago y tengo personas que no son familia, pero como si lo fueran, y es ahora, 17 años después, que vengo con la serie de las banderas, una exposición contundente, es casi la misma que presenté en la más reciente edición bienal de La Habana, excepto cuatro obras.
Creo que ahora sí podemos hacer una exposición en Santiago de Cuba por el momento en que estamos viviendo, estas piezas fueron hechas para que el pueblo se viera reflejado en una esperanza, en cosas buenas que pueden venir, y también en cosas malas.
No le falto el respeto al pueblo al traer algo que no tenga atractivos, al contrario, sé que esta exposición que se inaugurará en la Galería de Arte René Valdés, ha despertado interés, lo que me satisface mucho.
Estoy muy contento con eso, espero que la disfruten y sepan entender, pues traje la exposición pensando en la ciudad de Santiago de Cuba.
Háblame de Carrera de Relevo, que se expone en Santiago de Cuba en la Galería René Valdés, el libro del mismo nombre, y de algunos planes futuros.
El libro “Carrera de Relevo” será presentado por la curadora y crítica de arte Isabel María Pérez Pérez, directora del Sello Arte Cubano, a las 8 de la noche del día 29 de octubre en el Patio de la Fundación Caguayo.
El día 30 se inaugurará la exposición del mismo nombre en la Galería René Valdés, a las 7 de la tarde, también con la curaduría y diseño de María. Hay seis cajas de luces y ocho maderas.
Esta es casi un 70 por ciento de lo que llevé a la Bienal de La Habana. El libro lo hice para el mismo evento y traigo otro además que hice solo para la serie de las banderas, por ser esta muy importante para mi carrera profesional, incluye bastante fotografías…
Gracias a la Fundación Caguayo traigo todo este arte a Santiago de Cuba, sin ellos creo que no hubiese sido posible.
Después de esta exposición en Santiago de Cuba, viajaré a New York y Miami, en este último destino participaré en la feria de arte Art Basel y estaré trabajando en la galería Alberto Linero, en Wynwood, donde haré un mural con Alberto Lescay y Choco, que es un proyecto que se llama A tres, pues aunque hacemos cosas diferentes nos une el tema de la nacionalidad.
En enero expongo mis obras en el Cervantes, de Roma, y más tarde en el Vaticano, donde haremos una obra al Papa, y esperamos que el Sumo Pontífice asista.
Tu obra es un viaje de lo sensorial a lo reflexivo. En la actualidad, con tu quehacer, ¿sobre qué debe reflexionar el ciudadano cubano en la actualidad?
Todas mis obras en sí son reflexivas pues me considero un cronista de la sociedad y de los momentos que nos tocan vivir.
Este contexto, en especial, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, va a marcar momentos importantes, quizás el principio del fin. Ojalá y sea así. Por eso abogamos aunque no quiere decir que sea así exactamente.
Desde los solares, las tazas, las calles de La Habana, las manos, los cristos y las banderas, son obras para reflexionar. Esta última, las banderas, es para pensar en un tema que nos toca: la cubanía y lo que significa ser cubano.
Sobre ese tema, hay obras en específico que invitan a reflexionar, algunas están hechas con hojas del periódico Granma, después del año 1959 donde se habla de los principios de la Revolución y las relaciones en ese entonces con los Estados Unidos, también hay otros elementos como los editoriales publicados en el New York Times previo al restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Las personas pueden comparar como era, como fue y reflexionar cómo será.
¿Cómo le gustaría a Michel Mirabal que lo recordaran, como el pintor de las manos, de las banderas…?
Que me recordaran como un mulatico que salió de un barrio marginal de La Habana y que soñó con ser artista y cronista de la sociedad. Entonces que ellos decidan si lo logré o no.