Etiquetas

,

Por Joel Macías Rivas

12227634_937638096272949_3747596939607187080_nSantiago de Cuba va rebasando, en positivo, la situación higiénica sanitaria que durante los últimos seis meses llegó a ser crítica, “ayudada” por la intensa sequía y la falta de agua suficiente en los hogares.

Me consta que las autoridades de la provincia han hecho grandes inversiones económicas y de infraestructura para minimizar los efectos de la epidemia, cortar su propagación y comenzar a revertirla, pero no ha sido suficiente.

Para eliminar el dengue y las enfermedades diarreicas, primero hay que matar al mosquito Aedes Aegyptis y erradicar las causas que generan la falta de higiene, y aquí todos somos protagónicos.

11222627_937640049606087_5242001902241538_nMire usted: donde más focos contaminantes se generan es en los llamados barrios periféricos que, aunque no es absoluto, sí es allí donde las condiciones de convivencia son más frágiles: la gente cría animales, en cualquier patio puede usted encontrarse un “platanal”, se derrama la basura y escombros afuera de los equipos colectores, y esto a la vista de la mayoría.

Ello nos indica, asumo yo, que la percepción del riesgo es ínfima; muchos seguimos pensando en que el dengue y las enfermedades diarreicas “a mí no me tocan…” y que no matan: será porque, entre otras cosas, no las hemos padecido en carne propia.

Otras causas se posicionan contra el mejor desenvolvimiento de la campaña higiénico sanitaria en Santiago de Cuba:

1. La evasión: muchos evaden lavarse las manos con el hipoclorito que está en las entradas de todas las instalaciones estatales y buena parte de las privadas.

2. La simulación: algunos hacen que se las lavan pero no es así y quienes tienen la responsabilidad de exigirlo, pues no lo hacen.

3. Los irresponsables: no siempre se cumple con los ciclos requeridos en la recogida de los desechos sólidos y el saneamiento urbano, y todavía hay quienes impiden la fumigación y el tratamiento focal en sus casas.

Definitivamente, las enfermedades no distinguen a los que cumplen de los violadores; a veces, hasta por el azar, pagamos todos como pecadores.

No obstante, se impone dar las gracias a la cobertura que siempre nos ha dado el sistema de salud pública cubano en Revolución; tengo la seguridad de que, en un breve espacio de tiempo, Santiago de Cuba estará saneada.