Por Marcos Torres / Las Torres de Marcos

La “oxiurera” de Miami vuelve a quedarse sin argumentos, tras una semana de “perreta” contra Carnival Corporation, por la restricción de los coterráneos que residen en la otra orilla, de reservar pasajes en su travesía inaugural a la isla el próximo 1ro de Mayo.

Con diez días de antelación el gobierno cubano hace oficial nuevas modificaciones de las normas migratorias, que permite a los cubanos entrar y salir del país en buques mercantes y cruceros. ¿Alguien medianamente inteligente puede imaginar que una compañía norteamericana, después de pasar por el entramado burocrático de obtener los permisos para establecer una línea de viajes a la Cuba, podría vender boletos a pasajeros que no pueden desembarcas en La Habana?.

Decididamente desaprobaron “sentido común” o trataron de echar otra “guerra del pan duro”, de buscar el menor resquicio para disfamar de la tierra que los vio nacer, cosa que estos tiempos es difícil, pues sobre la islita del Caribe soplan vientos mediáticos muy favorables. Lo que sí lograron fue darle más publicidad al viaje inaugural del buque MV Adonia, que hará su entrada a la capital de todos los cubanos el Día Internacional de los trabajadores.

No voy a abundar, en la larga y negra hoja de servicio que tiene el secuestro de aeronaves y embarcaciones en más de 40 años y que obligaron a la “plaza sitiada” a regular el embarque de nacionales. Pero estamos aquí, porque cambiamos lo que haga falta y en el momento que lo requiera.

Por lo pronto preparo tenis, pullover y bandera para vernos en la Plaza el 1ro de Mayo, el desfile termina temprano y me prometo llegar al muelle de La Habana para ver el atraque del “cuestionado” crucero.

Mientras, la pelota está en la otra cancha, pues quiero amanecer un día con la grata noticia de que los estadounidenses pueden viajar libremente a Cuba y descubrir lo que se han perdido por más de medio siglo.