“Se nos fue Fidel, ¿qué vamos a hacer sin él?”, me escribe Graciela Ramírez, la entrañable amiga argentina española que conocí en Madrid en 1992, a la cabeza de un grupo de exiliados latinoamericanos que arroparon a los cubanos en la Cumbre Iberoamericana de aquel año de euforias neoliberales en América Latina, cuando éramos la nave a contracorriente, vilipendiada y escarnecida en medios de todo el mundo.
“Tenemos que hacer lo que él nos dijo: mantener la Revolución”, le respondo, recordando un documental de la televisión canadiense que hemos visto hace poco juntas. “Fidel Castro: el hombre detrás del mito” muestra, por vez primera, imágenes del líder de la Revolución en el momento en que firma la Proclama del 31 de julio de 2006, haciendo dejación de sus cargos, desde una cama hospitalaria. Sus manos, cruzadas por sueros, ponen el papel ante la cámara. En el rostro se advierten señales inequívocas de convalecencia. Al parecer, nota dolor en las miradas que testimonian el acto y advierte que lo importante es que la Revolución no se pierda. Sigue leyendo →