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El periodista español Ignacio Ramonet, autor de la biografía del líder de la Revolución Cubana, en una entrevista exclusiva con RT compartió sus recuerdos de cómo era en vida el protagonista de su obra literaria.

 El difunto líder de la Revolución Cubana Fidel Castro es un símbolo para el mundo, porque se trata de una personalidad que fue capaz de «transformar las realidades más allá de lo que parece razonable», comentó en una entrevista a RT el escritor y periodista español Ignacio Ramonet, autor de la biografía de Castro ‘Cien horas con Fidel’.

El líder de la Revolución Cubana «era alguien diferente de las demás personas. Primero por su capacidad de querer saber, era un hombre con una gran curiosidad, constantemente haciendo preguntas. Su capacidad de análisis, de cómo articular las informaciones que tenía, era un estratega brillante. Tenía una capacidad espectacular para ver los diferentes problemas y cómo había que resolverlos. Tenía mucho encanto personal, un hombre con mucho humor, muy sencillo, todo esto hacía de él una personalidad muy encantadora,como persona, y muy fascinante como jefe de Estado», dijo el escritor.

Para Ramonet, la principal victoria obtenida por Castro fue «haber resistido a EE.UU.» y sacar adelante la revolución en su país. «Pero no es solo eso, sino también consiguió que Washington admitiera que la política que condujo durante 50 años contra Cuba fracasó, y tuvieron que establecer relaciones diplomáticas respetando las singularidades del sistema político cubano».

Además, el autor de la biografía de Fidel asegura que el protagonista de su obra era «un gran maestro, y uno de sus méritos es el de haber educado a la sociedad cubana a tener una concepción política, una identidad política para defender la soberanía y la dignidad nacional«.

En cuanto a la actitud combativa de Castro hacia los medios de comunicación internacionales, el periodista español afirma que «siempre fue muy justa«. «Fidel ha sido un hombre con el cual la prensa internacional fue muy injusta. Durante 50 años llevaron una campaña sistemática de propaganda y manipulación (…) Entonces la desconfianza de Fidel hacia los medios siempre fue muy justa, porque pocas veces los medios internacionales fueron justos con él», finalizó.