
CARACAS.-La gran batalla que se libra hoy a nivel global, más que sobre espacios físicos, es en la mente de cada uno de nosotros. Revolucionarios no faltan, guerrilleros de las ideas; pero las fuerzas andan dispersas frente a un bloque poderoso y compacto de medios de comunicación que pretenden convertir al ser humano en rehén de sus emociones, desconectado de su capacidad de pensar.
No es fortuito que el pasado 20 de noviembre el presidente bolivariano Nicolás Maduro haya convocado a una revolución comunicacional —que incluye a los medios tradicionales, las redes sociales, las calles, las paredes—; él nos está invitando a un intenso y necesario trabajo desde el pensamiento progresista. Sigue leyendo