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Por Luis Ernesto Ruiz Martínez/ Visión desde Cuba
No es primera vez que se habla de Pablo Milanés en este blog. Lamentablemente no ha sido para agradecer al cantor de tantos temas antológicos de la trova cubana, esas que, en algún momento, acompañaron a la Revolución, sino todo lo contrario. Hoy vuelvo sobre el tema, indignado, pero no asombrado, de las más recientes declaraciones en medio de su hispánica gira.
Que hable mal del gobierno cubano no es noticia nueva, ya casi estamos “acostumbrados” a ello. Pueden encontrar detalles en Pablo se hundió en el mar traicionando la gloria vivida, y en La desmemoria del “pobre cantor” Pablo Milanés por solo mencionar dos ejemplos que están a la mano. Vivimos otros tiempos, lo sé, pero también mostraron su verdadero rostro los que cambiaron plata por dignidad.
Pablo Milanés sigue con la pésima costumbre de preferir hundirse en el mar… y después algunos por acá lo siguen alzando en brazos como si se lo mereciera.
Ha dicho, según el diario español El Mundo:
El cantautor tampoco guarda muchas esperanzas con respecto al destino de su país. Portavoz de la cultura oficial del castrismo en sus primeros años, poco a poco fue adoptando una posición cada vez más crítica respecto al régimen cubano, hasta el punto de provocar el enfado del propio Silvio Rodríguez. Pero ni la muerte de Fidel ni la reanudación de las relaciones entre Cuba y EEUU alterarán, según él, la situación en la que viven sus compatriotas. “En Cuba es muy difícil que se altere cualquier cosa. El pueblo cubano es un pueblo adormecido por un sistema estancado, que es incapaz de aportar nada nuevo”. Y eso es algo que no tiene nada que ver con la enorme riqueza cultural de la tierra. “Es un pueblo muy talentoso. Pero todo el talento que se puede ver en los músicos cubanos está al margen de la política. Y las cosas que suceden no influyen en nada”, lamenta. “Fíjate, por ejemplo, en una persona que nació en 1959, que tiene ya 57 años y que no ha conocido otra realidad más que ésa”.
Me gustaría que los que realmente dejen de estar “adormecidos” son los que siguen creyendo en el Pablo de ayer. Al final, respeto a los que solo buscan su parte artística, que sigue siendo buena. Yo, al menos yo, me quedo con todas esas cosas pequeñas, silenciosas algunas, con las que crecí junto a sus canciones, con esas yo me quedo.
Pablo: ya no quiero hablarte de otras cosas más dignas, más hermosas, con esas yo me quedo.
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