
Meditaba cuál podría ser el mejor homenaje a Fidel, a tres años de no estar físicamente con nosotros, y estoy seguro de que «ser continuidad» es la respuesta.
Por supuesto, no se trata de una palabra carente de contenido ni repetida sin sentirse. Es la convicción de la gran mayoría de los cubanos, de seguir «al pie del cañón» y saber usarlo y defenderlo en el presente, para sembrar un futuro como el Comandante lo concibió y dedicó su vida a construirlo.
Esas dos palabras tienen una dimensión muy grande. Es ser ejemplo, ser ético, firme, llevar consigo aquella frase de Martí de que «hacer es la mejor manera de decir».
La obra concebida y emprendida por Fidel es una hazaña colosal, de hombres y mujeres comprometidos, inclusiva y nutrida de la retroalimentación de cada ciudadano, cada lugar del país, cada opinión, cada denuncia. Sigue leyendo