Por Roberto Morejón
Una votación promovida por la derecha en el Parlamento europeo trató de brindarle ribetes internacionales a un contrarrevolucionario violento, pagado por Estados Unidos, que en Cuba busca mostrarse como víctima de las autoridades.
Una provocadora y falaz resolución del órgano legislativo selló la burda campaña desatada por los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Los planes consisten en hacer creer que el ciudadano cubano José Daniel Ferrer es un perseguido político.
Un reportaje de la televisión cubana evidenció la calaña de este cabecilla de un grupúsculo contrarrevolucionario, quien imparte órdenes a conspiradores encapuchados, portadores de armas blancas.
El robusto José Daniel Ferrer rodeado de parientes afirma sufrir por la carencia de alimentos y la privación de contacto familiar mientras transcurre su detención, dictada por violar la legalidad.
Para “calzar” sus alegaciones de tormentos corporales, el mercenario que admitió recibir dinero de la mafiosa Fundación Nacional Cubano Americana, de Miami, se vio en las imágenes cuando se auto-agredía. Sigue leyendo