#SantiagodeCuba: Eficiente actuación del Sistema de Salud Pública

Por Yuzdanis Vicet Gómez/Sierra Maestra

Descartado posible positivo en tren llegado a la provincia

El pasado sábado llegó a Santiago de Cuba el primer tren procedente de La Habana que traslada santiagueros varados en la capital, ante una alerta sobre posible positivo entre los viajeros, el sistema diseñado para la contención de la entrada de la Covid-19 funcionó como explicó a este reportero, el Director Provincial de Higiene y Epidemiología Luis Ricardo Manet Lahera:

«En el tren todos los pasajeros traían documentos que confirmaban el PCR negativo, al llegar a Santiago de Cuba se hizo todo el control establecido en la vigilancia epidemiológica, y posteriormente se nos informa por los canales correspondientes que una de las muestras procesadas era confirmada al nuevo Coronavirus.

«Inmediatamente nos dimos a la tarea de localizar a la persona y a todos sus contactos de primer orden e ingresarlos, también se enviaron los listados a todos los municipios para la localización del resto de los viajeros; al paciente en cuestión de le hicieron dos nuevas tomas de muestras que resultaron NEGATIVAS, aplicándose acto seguido, el protocolo establecido que es el alta de los ingresados para vigilancia en el área de salud.»

Hoy se investigan las causas de la imprecisión informativa, pero lo cierto es que ante la falsa alarma, se pudo comprobar el sistema de Salud Pública de Santiago de Cuba para enfrentar contingencias similares; la nueva normalidad implica además del actuar responsable de cada ciudadano, el funcionamiento como un reloj de los protocolos de contención de la Covid-19.

Las luchas de ayer inspiran las victorias de hoy

Volvió a llenarse de gloria el altar de la Patria cuando, a nombre del Primer Secretario del Comité Central del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y del Jefe de Estado cubano, sendas ofrendas florales quedaron depositadas al pie del túmulo con la bandera cubana que guarda los restos del Héroe Nacional José Martí

Autor: Eduardo Palomares Calderón | internet@granma.cu

«El primer día de la libertad, inicio de nuestra gesta por la independencia, ideal que hoy continuamos defendiendo ante el imperio y los mercenarios anexionistas a su servicio», escribió en Twitter el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el propio 10 de octubre, cuando ante Céspedes, Martí, Mariana y Fidel, en el sendero de los fundadores de la nación, en esta ciudad, pudo escucharse el tañer de la campana de La Demajagua.

Su redoble, más necesario que nunca en medio de grandes retos y desafíos, de la hostilidad incrementada, reafirma hoy la determinación de no retroceder jamás en la lucha iniciada hace 152 años por la independencia y la libertad plenas, de un país que ha sabido hacer, para todos los tiempos, una historia más grande que sí mismo.

Por eso volvió a llenarse de gloria el altar de la Patria cuando, a nombre del Primer Secretario del Comité Central del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y del Jefe de Estado cubano, sendas ofrendas florales quedaron depositadas al pie del túmulo con la bandera cubana que guarda los restos del Héroe Nacional José Martí.

Las máximas autoridades de esta provincia, acompañadas por jefes de las far y el Minint, igualmente dejaron colocadas, en el imponente mausoleo, las coronas enviadas por el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, y la tocada con la cinta a nombre del pueblo de Cuba.

En el vistoso monumento funerario de mármol blanco, al Padre de la Patria e iniciador de estas heroicas gestas, Carlos Manuel de Céspedes, lo honró la ofrenda floral del pueblo de Cuba, mientras que en su tumba la Madre de la Patria, Mariana Grajales, y ante su roca monumento, el Comandante en Jefe Fidel Castro, recibieron las rosas del corazón de los cubanos.

Como soles y estrellas seguirán ellos, en las nuevas batallas, guiando al pueblo que, con sus propias manos, empuja al país por caminos de vic­torias.

Con la nueva normalidad, la responsabilidad no cambia de fase

Quien escuchó las comparecencias del Presidente y del Primer Ministro, para explicar las nuevas decisiones adoptadas, sabrá que dejar a un lado el autocuidado, la responsabilidad individual y colectiva, o desmontar las prácticas sanitarias que impiden la propagación de la epidemia, no fueron elementos presentes en sus intervenciones

Autor: Leidys María Labrador Herrera | Granma

Un nuevo paso, y no uno cualquiera, sino uno decisivo para el enfrentamiento a la pandemia y para el futuro inmediato de Cuba, inicia hoy. Con el respaldo de meses de intenso e ininterrumpido trabajo, de largas horas de análisis, de acumulación de experiencias y medidas en constante perfeccionamiento, nos encontramos frente a un concepto que utilizamos muchas veces a lo largo de este tiempo, y que ahora se materializa para el óptimo y orgánico funcionamiento del país: la nueva normalidad.

Varios aspectos distinguen el paso a esta etapa (a la que se incorporan 12 provincias cubanas y el municipio especial Isla de la Juventud), pero ninguno la define mejor que la adopción de un nuevo código y estilo de vida. En otras palabras, se trata de replantearnos nuestra cotidianidad, de incorporar en ella, no como coyunturales modos de actuación, sino como imprescindibles rutinas, todos los aprendizajes que nos han permitido llegar hasta aquí.

Después de lo vivido, nadie debería ser capaz de subestimar el peligro que representa el virus. Goza este pueblo de información suficiente para no permitirse comportamientos ingenuos motivados por excesos de confianza.

Quien escuchó las comparecencias del Presidente y del Primer Ministro, para explicar las nuevas decisiones adoptadas, sabrá que dejar a un lado el autocuidado, la responsabilidad individual y colectiva, o desmontar las prácticas sanitarias que impiden la propagación de la epidemia, no fueron elementos presentes en sus intervenciones.

Abracemos la convicción de que es posible, aun bajo las circunstancias de emergencia sanitaria generada a nivel global, reactivar los servicios, la producción, oxigenar nuestra economía, pero seamos conscientes también, de que a la par de todo ello, seguimos, como Estado y como pueblo, haciendo frente a la COVID-19. Mejor que nadie lo definió el Presidente Díaz-Canel: «Para un pueblo como el nuestro, unido sólidamente, no hay imposibles. Todo lo podemos vencer».