Ha sido mi silencio y ahora mi palabra. Ambos exclusivamente míos. Creo en el diálogo y en los puentes. No es la primera vez que lo digo. Pero también sé qué tipo de personas sólo buscan imponer un monólogo, y con insultos y bloqueos en redes, hablando de libertad de expresión, la sabotean. Y sé quiénes colocan materiales contaminados para que los puentes se tambaleen y caigan.
Diferencio los hechos de estos días. NO me representa quien insulta la bandera, y tiene como aliados la vulgaridad, el desprecio, la conducta antisocial y exhibicionista, aunque aparezca bajo el maquillaje de artista. En el artista es la obra quien habla, y para que hable tiene que ser creada. A lo dicho por ellos de que son los deseos de «11 millones de cubanos» réstenle mi número. Yo no soy San Isidro. No me representa.
En segundo lugar, y bien diferenciado: entre quienes estaban ayer frente a la sede del Ministerio de Cultura había jóvenes artistas con inconformidades y el deseo sincero de un diálogo, y muchas otras personas y medios. Yo no estaba allí, pero sí algún amigo y gente que conozco y respeto. Y otros que no buscaban entendimiento: basta leer decenas de comentarios que ahora tildan a los 30 elegidos por ellos mismos como traidores, por haber dialogado.
La ingenuidad tiene un alto costo. En estos difíciles meses para Cuba y el mundo muchos artistas e intelectuales cubanos hemos sido denigrados y amenazados. Todavía lo somos, porque basta un atisbo de compromiso con nuestro país y su gente para ser blanco de los más bajos ataques, en nombre de la «democracia», claro, y la libertad de expresión. Los más furibundos se muestran escasos de cultura elemental, con un rosario lamentable de groserías y gritos que denuncian sus reales deseos. Los estamos leyendo en este mismo instante.
Todo aquel que considere que mi país tiene que entregarse, NO cuente conmigo. Quien obvie de cualquier diálogo la palabra Bloqueo, NO cuente conmigo, y por supuesto, NO cuente conmigo quien no le reconozca a Cuba su derecho a resistir y ser mejor por ella misma.
Ha sido mi silencio reflexivo y ahora mi palabra de poeta, por CUBA. Con mi libertad de expresión. O sea, mi libertad.
La sorpresa de la tarde. Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Ayer fui al futuro. Estaba en el parque Trillo, frente al Palacio de la Rumba, donde oí interpretar por primera vez «El necio» a coro y a golpe de tambor, un 13 de agosto hace casi una década. Allí nos llevaba Guillermo Amores, un negro grande como un gigante y tierno como un niño, que luchaba por devolver a la Rumba su protagonismo en las contiendas libertarias y cada año organizaba maratones rumberos por la salud de Fidel y la libertad de los Cinco.
Ayer, como entonces, había algo mágico en el ambiente. Quizás era la juventud hermosa y libre haciendo su propio acto, sin guion, ni locutor, ni formalismos, pero con discursos sólidos, novedosos y bien dichos, con pasión y encanto. Nada más parecido a las improvisaciones de rumbas con textos políticos y bendiciones espirituales con que hace una década, Amores nos sacaba las rigideces del cuerpo.
Entre el palacio, ahora cerrado por la COVID 19 y la breve tarima de la tángana juvenil, hay un elevado monumento a Quintín Banderas, bravo entre los más bravos generales mambises y controversial como la mayoría de ellos. Está bien cuidado el imponente monumento y también lo están el asta y la bandera que lo escolta como un soldado.
Hicieron bien los muchachos al escoger el barrio para su tángana política y musical. Cuando le pregunté a una vecina, qué y por qué pasaba allí, la mujer, trepada sobre un banco del parque para ver mejor, me explicó llanamente: «Aquí la gente tiene sus opiniones, ¿sabe? Pero este barrio es de Patria o Muerte».
Amores decía algo parecido: «Aquí no hay quien se meta con la Revolución». Hasta aquí pasado y presente del lugar. El futuro estaba hablando, cantando y vivaquendo desde la tarima y por todo el parque. Como no fui a cubrir el acto sino a disfrutarlo, ni notas tomé, pero confío en que esos muchachos del futuro hayan grabado y subido todos los discursos y los cantos a sus redes para que Cuba y el mundo sepan de ellos y marquen la fecha en que nuestros actos se despojaron de solemnidad y un grupo de jóvenes de todas las profesiones, se pronunciaron por un mundo nuevo, diverso e incluyente, que sólo puede ser socialista.
Fue en el día del cumpleaños 74 de Silvio Rodríguez y de la felicitación para él cantada por el Presidente de la República.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez había llegado sobre las 5 de la tarde, empujado por su corazón, según confesó cuando le ofrecieron el micrófono. Lo que había visto en las redes durante la primera hora de la tángana, lo empujó hasta aquel reino de juventudes, con todo el ímpetu del joven que no ha dejado de ser por debajo de las canas. Y allí, en el futuro, fue acogido con la emoción y el entusiasmo con que se acoge a los contemporáneos con los que se comparten ideales.
Por varios minutos la masa envolvió al Presidente y lo convirtió en uno más. «Me trajo el corazón» creí oírle decir. Después sólo recuerdo su voz acompañando a Raúl Torres en la canción de Silvio para Silvio, la despedida bulliciosa de la multitud y una sensación inefable, desconocida, casi mística de haber viajado al futuro.
En fotos, el encuentro
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.
El habanero parque Trillo vibró esta tarde en defensa de la Revolución
El Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez ratificó que en Cuba hay espacio de diálogo para todo lo que sea por el socialismo, para todo lo que sea por la Revolución. Foto: Juvenal Balán
Hubo una tángana por Cuba en el capitalino parque Trillo este domingo, donde se encarnó la dignidad de la Patria frente a otra manipulación diseñada contra la Isla desde EE.UU., y rechazada con energía por miles de jóvenes, junto al Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Fue una tángana en defensa de su Revolución frente a una nueva canallada.
Allí ondearon la firmeza, la fe en la victoria y el poder de la verdad de Martí, de Fidel y de Raúl, pero también la del general mambí Quintín Bandera, famoso por sus cargas al machete en las tres guerras por la independencia de Cuba. Su gallarda estatua en bronce, inhiesta, parecía presagiar otro sonado fracaso del imperialismo estadounidense, con su farsa de mercenarios pagados de San Isidro, acaecida en días recientes, y la secuencia de manipulaciones y hechos asociados con el declarado fin de desestabilizar a Cuba socialista.
La llegada del Presidente, que sorprendió a los allí reunidos, encendió más los ánimos de quienes respaldaron la fuerza de sus palabras.
«El pueblo cubano está en la calle, no admitimos injerencias de nuestros enemigos. Los problemas nuestros los resolvemos entre nosotros».
Reiteró que en Cuba hay espacio de diálogo para todo lo que sea por el socialismo, para todo lo que sea por la Revolución, que es lo mismo que decir por nuestro pueblo revolucionario, solidario e internacionalista.
Y a seguidas el mandatario manifestó: «Les voy a hacer una petición: hoy es el cumpleaños de Silvio (Rodríguez) y él compuso una canción hermosa, mi preferida, y se llama Pequeña serenata diurna. Les pediría que la cantemos entre todos, porque hoy es uno de esos días en que debemos pedirles a los muertos de nuestra felicidad, y a nuestros héroes, que nos perdonen por días como este», e inmediatamente un coro gigante cantó: «Vivo en un país libre, cual solamente puede ser libre, en esta tierra y en este instante, y soy feliz porque soy gigante…».
También en el céntrico parque habanero estuvieron presentes glorias deportivas como Alberto Juantorena, María Caridad Colón y Ana Fidelia Quirot. Justo a partir de las cuatro de la tarde, trovadores, cantantes y oradores ratificaron la estirpe de este pueblo.
Alejandro Castro Cabrera, estudiante de segundo año de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana, destacó a Granma su rechazo a la maniobra del llamado movimiento de San Isidro, y ante esos hechos refirió la «necesidad de articularnos, organizarnos y difundir nuestro mensaje a favor de la Revolución.
«La idea (de la tángana) surge en un cuarto de una casa del municipio de Plaza de la Revolución. Comenzamos a llamarnos y a convocarnos en las redes sociales, y en ese proceso varias organizaciones juveniles se identificaron con nuestras inquietudes, canalizaron nuestra idea y nos brindaron apoyo».
Similar criterio expuso José Julián Díaz Pérez, estudiante de primer año de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de La Habana: «Esta ha sido una buena oportunidad para reunir a los jóvenes y expresar nuestras ideas en torno a la defensa de los principios de la Revolución, en la cual creemos.
«Nosotros queremos expresarle al mundo que nuestra juventud quiere a la Revolución verdaderamente. Hoy nos convocaron nuestros valores, nuestros principios y nuestra fe en el socialismo».
Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Ana Álvarez Guerrero y Rogelio Carmenate / Cubadebate
Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República de Cuba, asiste al concierto político cultural, celebrado en el Parque Trillo. Foto: Adolfo Ley/ACN.
“¿Qué podemos hacer? ¡No podemos quedarnos callados!”. Esa fue la premisa de un grupo de amigos en un chat de Telegram. Lluvia de ideas. Nombre. Lugar. Objetivo: convocar a los jóvenes, al pueblo a defender la Revolución. Solo eso.
Surgió la página Tángana en el Trillo y de ahí a crear, compartir, convocar.
Iramís Rosique, quien abrió el mitin-concierto justo a las cuatro de la tarde, aseguró “Ninguno de nosotros —los organizadores— es un funcionario del estado o un cuadro profesional cuyo trabajo era responder de este modo a los acontecimientos de los últimos días. El colectivo virtual en el que se imaginó y se gestó todo esto está conformado por un variado espectro ciudadano: hay estudiantes, trabajadores de empresas, de instituciones, trabajadores por cuenta propia, e incluso desempleados. Convivimos distintas profesiones, provincias, edades… No obstante, esa diversidad posee un principio unificador en, más que una sensibilidad política, una militancia política de izquierdas”.
Tras la convocatoria, espontánea, sí, varias instituciones decidieron sumarse. Apareció el audio. El colega diseñador hizo el cartel. Hubo una llamada para anunciarlo en la televisión nacional. Sorpresa. Entusiasmo. Ninguno sabía la magnitud de lo que estaban gestando. ¿Pero por qué un grupo de jóvenes, sin mediación alguna, decidió tomar esta iniciativa?
“Decidimos emprender esta acción porque los discursos articulados sobre Cuba en los últimos años por varias alternativas mediáticas e intelectuales de sensibilidad antigubernamental, pretenden expulsar —viejo tópico anticomunista— la lucha por la democracia y por la libertad del horizonte socialista abierto por la Revolución Cubana: esto se ha evidenciado dramáticamente en los sucesos de los últimos días. Nosotros reivindicamos que las luchas por la democracia y por la libertad son inherentes al proyecto socialista revolucionario, y estamos comprometidos con ellas. Lo que consideramos inaceptable es que esas luchas se empleen para lavar la indignidad de personas o colectivos que practiquen el anexionismo o el mercenarismo, los cuales atentan contra las condiciones de posibilidad de toda democracia real en Cuba”, señaló Rosique.
Hubo música. Consignas. Pero también se resaltó que “el pueblo cubano está en la calle y no admitimos injerencias”, así lo dijo Karla Santana, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria de la Universidad de la Habana. También añadió que la profundización democrática en Cuba es y será socialista. “Vinimos aquí para que se sepa que hay juventud revolucionaria para rato. Nadie nos arrebatará la Revolución. Con ella nadie puede equivocarse”.
Quedó claro. Los muchachos lo dejaron claro. La Revolución tiene que palpitar en cada patriota y todas las causas de la justicia social y la emancipación humana tienen que caber en su proyecto socialista.
Josué Benavides, otro joven de los oradores, hizo un llamado a superar la problemática racial y los problemas del negro en Cuba. “Debe coincidir en la lucha por los derechos de la mujer, de la comunidad LGTBI y otras minorías. Somos herederos de las revoluciones del mundo, entre ellas la de Haití, de Jesús Menéndez, del cimarronaje, de las luchas de los negros en Estados Unidos. Cuando Nelson Mándela vino a Cuba le dijo a Fidel: ¡Que lejos hemos llegado los esclavos! Somos las sombras que no tiene cara, somos la sombra que no tienen nombre”.
Y llegó sin que nadie se lo esperara: Miguel Díaz-Canel Bermúdez. La algarabía. La euforia. El parque Trillo se hizo más pequeño y la Revolución más grande.
“Sentía por convicción y sentimiento que debía estar aquí. Es un encuentro de jóvenes y la Revolución siempre ha contado con ellos. Ustedes han escrito una página heroica en la lucha contra la COVID-19. Tenía que estar aquí porque yo tampoco estoy tan viejo”.
La emoción no cabía en mi pecho y tenía que venir acá, prosiguió el mandatario mientras la muchedumbre se le agolpaba. “Algunos me aconsejaban que no viniera para que no se manipulara la espontaneidad de esta manifestación”. Ustedes saben todo lo que nos han querido montar. Nos han montado un show mediático. Y esto es un grupo de suceso que seguro se seguirá repitiendo porque los planes contra la Revolución continúan. Creían que podían destruir la Revolución antes de terminar la administración Trump, pero se quedaron y siempre se quedarán con el deseo porque los jóvenes están en las calles y el pueblo cubano está en la calle y no admitimos injerencias”.
Un chat de Telegram produjo un acto inaudito: movilizó a las instituciones cuando por lo general, el proceso es a la inversa. La Tángana fue emotiva, demostró que las convicciones están y se defienden, más aún que los jóvenes son entes activos en la construcción del socialismo en Cuba.
Una Cuba diversa e inclusiva fue la apuesta en el parque Trillo. Foto: Rogelio Carmenate.
Tampoco podemos permitir que la derecha se apropie del discurso progresista enunció otro participante. Foto: Rogelio Carmenate/ Cubadebate.
Varios jóvenes resaltaron que el diálogo es necesario. Foto: Rogelio Carmenate/ Cubadadebate.
Jóvenes artistas e intelectuales de Cuba realizan este domingo un mitin-concierto en defensa de la democracia socialista, en el parque Trillo en Centro Habana. Foto: Rogelio Carmenate/ Cubadebate.
Desde un perfil en Facebook que se identifica con el nombre de Yusneili Lazaro Pérez Cruz, aparecen imágenes del refrigerador de la casa donde se encontraban el Movimiento San Isidro, en huelga de hambre.
“Pero que cara más dura para las mentiras tienen esos del Movimiento San Isidro. Un amigo del barrio me envió estas imágenes.” Escribió Pérez Cruz al publicar estás imágenes.
En horas de la noche de este 26 de noviembre, las autoridades sanitarias cubanas se presentaron en la sede del llamado Movimiento San Isidro, ubicado en calle Damas No.955, en el capitalino municipio de La Habana Vieja, con motivo de certificar la violación del protocolo de salud para los viajeros internacionales, ejecutada por el ciudadano cubano con residencia mexicana, Carlos Manuel Álvarez Rodríguez, quien luego de declarar otra dirección donde se iba a alojar, decidió por su propia voluntad y sin valorar las consecuencias de sus actos, trasladarse a esa vivienda, luego de su entrada al país por el Aeropuerto Internacional “José Martí” hace unos días.
Ante su negativa de cumplir con lo estipulado en las medidas decretadas por Cuba para evitar la transmisión de la Covid-19 y que se aplican a las personas que provienen del extranjero, se radicó una denuncia en la Estación de la PNR de la localidad, por el delito de Propagación de Epidemias, lo que obligó a una actuación inmediata para la extracción de las personas que se encontraban en el lugar.
Esta acción transcurrió con total apego a la legalidad y sin que se transgredieran los derechos ciudadanos de ninguno de los involucrados, y responde al necesario interés de proteger a la población cubana de la trasmisión de la pandemia, así como salvaguardar la vida de aquellos que resultaron ser contactos directos de Álvarez Rodríguez, de quien se conoce que de México hizo escala en los Estados Unidos, y luego viajó al territorio nacional.
En medio del contexto que impone la pandemia de la Covid-19, la vigilancia epidemiológica que se lleva a cabo tiene como fin regresar a la normalidad por el bien de la sociedad, por tal motivo, para los actos irresponsables descrito en esta nota y otros que tengan las mismas consecuencias, se mantendrá el estricto cumplimiento de lo establecido.
Una vez que se apliquen las medidas a él o los responsables y se certifique el estado de salud de todos los que se encuentran en observación médica, volverán a sus respectivos domicilios, de no constituir riesgo para la salud de la población.
Al acusado Yusniel Tirado Aldama, responsable de los delitos de asesinato, tentativa de asesinato, robo con violencia en las personas, portación y tenencia ilegal de armas, hurto y daños. Atendiendo a la extraordinaria gravedad de este suceso, su repercusión social y características personales del encartado, se le impuso, como sanción conjunta, la privación perpetua de libertad
Durante los días 17 y 18 de septiembre de 2020, se celebró la vista del juicio oral y público contra los acusados Yusniel Tirado Aldama y Alejandro Ramos Pardo, autores de los hechos acontecidos el día 5 de junio de 2020, en la subestación de la Policía Nacional Revolucionaria del poblado de Calabazar, perteneciente al municipio de Arroyo Naranjo, en La Habana, ocasión en la que resultó asesinado uno de los agentes de guardia en el lugar y lesionados otros dos policías; circunstancias aprovechadas por Tirado Aldama para apoderarse de un arma de fuego con la cual pretendía cometer otros hechos delictivos.
A partir del resultado de las pruebas practicadas en el mencionado acto judicial, el tribunal consideró al acusado Yusniel Tirado Aldama, responsable de los delitos de asesinato, tentativa de asesinato, robo con violencia en las personas, portación y tenencia ilegal de armas, hurto y daños. Atendiendo a la extraordinaria gravedad de este suceso, su repercusión social y características personales del encartado, se le impuso, como sanción conjunta, la privación perpetua de libertad.
El acusado Alejandro Ramos Pardo, cuya participación no tuvo la relevancia del anterior, se le consideró responsable de los ilícitos de portación y tenencia ilegal de armas e incumplimiento del deber de denunciar y se le aplicó como sanción conjunta la de un año de privación de libertad.
Contra la decisión del órgano judicial, el acusado Yusniel Tirado Aldama estableció el recurso que la ley autoriza en estos casos y, revisadas las actuaciones, el Tribunal Supremo Popular confirmó la decisión por considerarla acertada.
Santiago de Cuba luce distinta en los últimos días, la sonrisa de un pueblo que venció a la COVID-19 en su primera etapa hoy se esconde detrás de mascarillas, y de lo que se jactó en algún momento: ser un territorio libre de pandemia ya no queda ni la sombra porque la irresponsabilidad de unos pocos devolvió la inseguridad a muchos.
Seis meses sin enfermos por el virus SARS-Cov-2 hizo que la segunda provincia más poblada del país fuese de las primeras en pasar a la nueva normalidad con todo lo que ello implica, incluyendo la entrada de viajeros internacionales, para quienes se diseñó un protocolo sanitario a fin de evitar la propagación del padecimiento a escala local o comunitaria.
El anuncio del tránsito a la fase de recuperación postpandemia, el ocho de octubre en la Mesa Redonda, precisó que a toda persona proveniente del exterior en categoría de viajero se le realizarían dos pruebas de PCR en tiempo real: una a su arribo a los puntos de frontera y otra al quinto día de su estancia en territorio nacional, y se le advertía la obligatoriedad de permanecer en sus residencias hasta conocer el resultado del laboratorio.
Lamentablemente, algunos de los llegados desde el cinco de noviembre hasta la fecha a la geografía santiaguera burlaron las reglas y vigilancia de los médicos de familia de su policlínico, y en virtud de ello celebraron fiestas, recepciones, visitaron familiares y amigos, pasearon, una que otra venta de ropas y accesorios informáticos, y de “ñapa”, como se dice en buen cubano, diseminaron la COVID-19.
En este contexto duele el saldo de tamañas indisciplinas: la vida de un anciano, vecino del reparto Luis Dagnesses en la localidad de Altamira, la primera aislada en el repunte de la enfermedad y que a día de hoy alcanza más de 25 casos confirmados en esa zona de la ciudad.
También lo sienten los niños y adolescentes hospitalizados en instituciones de salud o centros de aislamiento, con la certeza o incertidumbre del contagio, quienes jamás imaginaron que una epidemia les paralizaría- otra vez- la existencia de un instante a otro, y lo que es peor, las secuelas psicológicas para el resto de sus vidas.
Se toman estrictas medidas sanitarias en la provincia oriental.
Pienso en los pobladores de Songo-La Maya que no vivieron la COVID-19 en la etapa epidémica y hoy afrontan una complejidad sanitaria a partir de las transgresiones de los dos casos importados, fuentes de contagio de los autóctonos que reportan, con una extensa cadena de contactos.
Como resultado de la indolencia de esos viajeros, violaciones de los protocolos por parte del personal médico que les atendió y el escaso accionar de las organizaciones políticas y de masas en la comunidad existen en La Maya, al cierre de este trabajo, tres escuelas cerradas, 97 viviendas y 198 personas confinadas bajo el dilema de encontrarse enfermos o no.
Este panorama –incierto a veces- de infracciones y negligencias individuales y colectivas, unido a fisuras en el funcionamiento del dispositivo de Salud Pública, sobre todo en la atención primaria, provoca el deterioro de las condiciones generales para que Santiago de Cuba se mantenga en la nueva normalidad, y ello aumenta la probabilidad de retroceder a fases de transmisión y un cierre temporal de la provincia hasta tanto se contenga la propagación.
Sin embargo, aún hay tiempo de frenar la enfermedad, depende de todos los involucrados, en especial de la población santiaguera de todos los municipios dado el peligro inminente que se enfrenta, por lo que urge elevar la percepción del riesgo e incrementar las medidas higiénico-sanitarias en su radio de acción.
También será preciso potenciar el distanciamiento físico y el aislamiento social en lo posible, usar obligatoriamente el nasobuco y acudir de inmediato al médico ante la aparición de síntomas respiratorios y otros sugestivos de la COVID-19 como fiebre, diarreas y dolor de cabeza.
La etapa postpandemia contabiliza medio centenar de pacientes autóctonos confirmados con el nuevo coronavirus en las últimas tres semanas, en su mayoría contactos de enfermos con fuente de infección en el extranjero que dieron negativo al PCR realizado en el aeropuerto, pero ya incubaban el patógeno e incumplieron la prohibición de movilidad, de ahí que resulte cuestionable el amor y cuidado por la salud de sus coterráneos.
La ciudad santiaguera en esta nueva etapa.
Sin dudas, la pandemia transforma a quienes la padecen y sufren de una forma u otra, sea en zonas de cuarentena, en la roja durante la atención a los contagiados y sospechosos o fuera de ellas, por eso la necesidad de juntar fuerzas para cortar el camino de las irresponsabilidades e indisciplinas porque cuesta demasiado caro, económica y humanamente, y ahora viven, todos, sus consecuencias.
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