En su última visita a Cuba a finales de los años 90, el escritor uruguayo Mario Benedetti manifestó en Casa de las Américas estar sorprendido al ver que en las populares candongas vendían, pirograbadas en tablitas de madera, muchas frases que le atribuían erróneamente a él. Algo similar ha ocurrido con Gabriel García Márquez y otros célebres escritores, a quienes les han endilgado textos que jamás salieron de su ingenio.
Pero, quizás, uno de los hombres más manipulados, tergiversados y falsamente citados del mundo sea nuestro José Martí, de quien durante años se han difundido oraciones descontextualizadas, párrafos entresacados y hasta cartas apócrifas.
La Habana, 15 may (ACN) ¿Qué significa ser martianos hoy? A responder esta pregunta invita el Movimiento Juvenil Martiano (MJM), en estos días en que el pueblo de Cuba rinde tributo al Héroe Nacional y Apóstol de sus luchas emancipadoras, a 125 años de su caída en combate y ascenso a la inmortalidad.
De hecho, Martianos hoy se nombra la campaña que el 28 de enero -fecha natal del más universal de los cubanos- emprendió el Movimiento, con la mira puesta en conmemoraciones como la de este 19 de mayo, fiel al empeño de acercar a las generaciones jóvenes a la historia patria, a sus protagonistas y, en especial, a la vida, obra y legado de José Martí. Sigue leyendo →
Una afirmación define el amor de José Martí por los pueblos del sur de nuestro continente americano: “De América soy hijo: a ella me debo”. Para él no debían existir fronteras que los separaran.” Pueblo y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del Bravo a la Patagonia”.
Defendió siempre la independencia de las naciones del sur y alertó sobre los peligros del intento de los Estados Unidos de dominarlos. Por eso aseguró que “Ha llegado para la América Española la hora de declarar su segunda independencia”.
El día anterior a caer en combate, Martí comienza a escribirle una extensa carta a su «queridísimo hermano» Manuel Mercado. Su inesperada muerte la dejó inconclusa. El texto es suficiente para conocer las esencias y las estrategias del proyecto revolucionario martiano. Una gran incógnita se levanta con la última palabra escrita. Por lo pronto, el texto desmitifica la romántica y especulativa idea de que el Maestro buscara la muerte en el encuentro de Dos Ríos. Como guía de un pueblo que ha lanzado a la guerra, debía ser el primero en enfrentar al enemigo, pero no desconoce los riesgos necesarios. Con orgullo escribe: «Ya puedo escribir (…). Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo– de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice y haré, es para eso». No hay desánimo ni tristeza y, lo más importante, piensa con entusiasmo en lo que hará.
El proyecto martiano ha transitado por varias etapas. Primero, unir lo que imperiosamente ha de estar unido; segundo, organizar y concientizar las fuerzas todas del país para la guerra necesaria y la creación de un nuevo modelo de república que no perpetúe «con formas nuevas o con alteraciones más aparentes que esenciales, el espíritu autoritario y la composición burocrática de la colonia, sino fundar en el ejercicio de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud»; la República Cubana sería «justa y abierta, una en el territorio, en el derecho, en el trabajo y en la concordia, levantada con todos y para el bien de todos».
Jorge Mañach escribió una de las biografías más apasionantes de José Martí. Las últimas semanas de vida del Maestro, aparecen relatadas de una forma extraordinaria. Publicada inicialmente en 1933, cubanos de todas las generaciones posteriores alimentaron su martianidad desde estas páginas. Más allá de deslices resultantes de fuentes erróneas o imperdonables interpretaciones, como alguna vez dejó apuntado Gabriela Mistral, Martí El Apóstol narra la vida de un embrujador de almas sin perder la anchura de su reino. Un testimonio de gratitud que recoge la temeridad del esfuerzo de Martí por sobreponerse a todas las incomprensiones.
Foto: Fernando Medina/ Cubadebate
Impactado por la ferocidad con que se le tilda de “defensor ciudadanesco de las trabas hostiles al movimiento militar”, las primeras semanas de mayo de 1895 en la vida de Martí son descritas con una crudeza singular. Mañach humaniza al límite las circunstancias y las contradicciones que envuelven al Delegado del Partido Revolucionario Cubano. Echado, con ideas tristes abandonando La Mejorana. Atado a la providencia histórica que al día siguiente le permite hervir en un discurso que arenga a la tropa del general Maceo, el mismo que antes le ha mostrado su disgusto. Las marchas continuadas que le producen para el 17 de mayo un infarto inguinal que le impide moverse y armarse. Doliente y saboreando soledad. Escribiendo desde Dos Ríos su última carta a Manuel Mercado, el documento que hemos recibido, sin lugar a dudas, como su testamento político. Enseñando cómo se siembran las ideas. Sembrándose él mismo cuando le quieren apartar. Sigue leyendo →
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