Por David Brooks/ Tomado del Blog Disidencia Patriótica
La imagen de la semana (bueno, hasta que fue superada el fin de semana por la de Sean Penn y El Chapo) fue la de las lágrimas del presidente Barack Obama.
El presidente, famoso por mantener bajo control sus emociones, presentó una serie de medidas ejecutivas mínimas para abordar lo que algunos consideran una epidemia de violencia con armas de fuego –en este rubro, este es el país avanzado más sangriento del mundo con más de 30 mil muertes cada año. Ante la absoluta imposibilidad de promover reformas a las leyes cada vez más permisivas sobre la compra y uso personal de armas de fuego –algo que muchos consideran derecho sagrado y protegido por la Constitución–, por la férrea oposición en el Congreso, Obama buscó hacer “algo” en torno a imponer un poco más control. Sigue leyendo