Hace unos meses publiqué este artículo, en aquel momento quería satisfacer la curiosidad y expresar mis criterios sobre esos personajillos que van por ahí nombrándose a sí mismos : «periodistas independientes». Hoy retomo el escrito, pues no perderá vigencia mientras continúe el contribuyente americano pagando salarios a aquellos dispuestos a manipular, engañar y tergiversar nuestra realidad, bajo la fachada de que «pensamos diferente». Sólo que esta vez será el preámbulo para posteriores trabajos, en los que iré mostrándo ejemplos de quiénes son en realidad los «periodistas independientes» que en Santiago de Cuba responden a la mal llamada UNPACU y a su líder José Daniel Ferrer; así como a otras agrupaciones mercenarias.
La antesala
¿Independiente de qué y por qué? ¿Dónde estudiaste? ¿Dónde está el título que te acredita? ¿Quién te ha dado el derecho? Eran las preguntas que me hacía y así comenzó mi curiosidad por estos personajes que van por la calle, compartiendo criterios y “verdades” de dudosa procedencia.
Detrás de la conceptualización
En todo país, los medios de comunicación (y los profesionales que trabajan en ellos) reflejan los intereses de sus gobiernos-amén de cuál sea su sistema social- y la eficiencia (o no) de las políticas y estrategias que los que dirigen implementan en la sociedad para dar solución a problemáticas sociales, económicas y políticas. Con este razonamiento como premisa, comencé a entender de qué va la cosa.

Magalis Rivaflecha autotitulada «periodista independiente», aunque responde a las mercenarias organizaciones UNPACU y CXD en Santiago de Cuba . Sin formación académica en el ejercicio del periodismo.
En Cuba ser “independiente” significa disentir del gobierno, de sus políticas y estrategias y por ende, del sistema social que defiende. Razón por la que estos “trabajadores por cuenta propia (sin licencia)” se afilian a organizaciones contrarrevolucionarias, poniendo letra y empeño en hacerse eco de la supuesta “lucha por la democracia en Cuba”. Entonces su presumida independencia resulta ambigua, pues si bien no pertenecen a organizaciones institucionalizadas como la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba (UPEC) y se declaran en abierto enfrentamiento al gobierno, sí responden a los intereses solapados de organizaciones que desde el exterior financian la subversión en Cuba y a las que, desde el interior; pretenden crear y difundir un ambiente de desobediencia social, de pérdida de las convicciones revolucionarias y sobre todo, de la confianza en la Revolución y sus principales líderes. Los puedes encontrar por ahí de todas las clases y clasificaciones.
Existen aquellos que alguna vez se desempeñaron como periodistas en algún medio de comunicación (estos son los menos); en el segundo grupo se encuentran los que estudiaron algo de letras, dígase Filosofía, Estudios Socioculturales, Comunicación Social o Filología (entre los mejorcitos). En el tercero se incluyen los que han pasado algún cursito patrocinados por la SINA u otras de esas organizaciones internacionales que costean los proyectos subversivos dentro de la isla y en el último, los que de periodismo sólo conocen el nombre (los que no han estudiado una profesión, los que a fuerza de cara se inician en esta labor, los que en busca de dinero fácil han vendido el alma). No se trata de no reconocer que existen quienes sin estudiar tienen la aptitud, pero la instrucción debe ir de la mano de esta, si no es así; su misión en la sociedad se pierde, deja de ser. Sigue leyendo →
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