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Cuba, Emigración, Ley de Ajuste Cubano, Política pies secos-pies mojados, Relaciones EEUU-Cuba
Por Lisbet Penín Matos/Razones de Cuba
Transcurría el mes de agosto de 1994, y desde antes muchas embarcaciones rústicas abandonaban las costas cubanas en busca de un sueño que, para muchos resultó ser más idílico que real. Era agosto de 1994, pero desde 1990, con la caída del campo socialista, Cuba estaba sumida en una profunda crisis económica: el transporte, los altos precios y las carencias crearon una situación desfavorable para la población de la Isla. Una serie de elementos se unieron en aquel agosto, y provocaron la existencia de un potencial migratorio hacia EE.UU. debido a la política que se mantiene de aliento a las salidas ilegales.
En ese contexto, la emigración no tenía carácter político, sino que buscaba un espacio económico laboral diferente. Los acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos quedaron bajo la sombra de una manipulación legal, pues se establecía que el país norteño se comprometía a entregar hasta 20 mil visas anuales, cifra incumplida en numerosas ocasiones. Ante este panorama la opción era la salida ilegal, y por esta vía los cubanos y las cubanas podían entrar al mismo país que anteriormente les había negado el visado. Sigue leyendo