
Bandera cubana en la Fortaleza de La Cabaña. Foto: Abraham Santana Díaz / Cubadebate
Intervención en el espacio Dialogar, dialogar de la AHS, realizado en la facultad de biología de la Universidad de La Habana, 16 de mayo de 2017
Los conceptos de cubanía y cubanidad merecen una reflexión. Son peligrosos si se enfocan de una manera extrema, dogmática o reduccionista. En primer lugar cubanidad es la calidad de lo cubano. Y cubanía es la vocación de ser cubano.
La cubanidad como la cubanía son categorías del espíritu y también volitivas. No fueron muchos los estudiosos del siglo XIX que hicieron reflexiones teóricas sobre estos conceptos de cubanía y cubanidad.
Lo cubano como esencia o como matriz cultural etnográfica mucho antes de ser motivo u objeto de teorizaciones, se expresó primero en las artes. Yo creo que el artista siempre ha sido una figura emblemática de la vanguardia, en todos los sentidos sobre todo desde el punto de vista de la intuición. Si pensamos en la música, veremos que los elementos llamados criollos, o sea, de cubanos ya nacidos en la Isla, están en las danzas de Manuel Saumell, luego en las contradanzas de un gran músico y compositor, Ignacio Cervantes, y en la música popular, en las zarabandas, en los minuets, en las chaconas amulatadas en géneros que derivaron todos de ritmos y danzas europeas, sobre todo francesas. Y por ahí vamos entendiendo un poco dónde está el oído del cubano para percibir ciertos aires y expresarlos en un género, en una manifestación rítmica, en un estilo que ya se iba perfilando. Sigue leyendo →