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2019), Cine, cultura, Joaquin Phoenix, Joker (Todd Phillips, Michael Moore, Opinión

Una película es lo que es y también lo que se quiera ver en ella, y la aclamada Joker (Todd Phillips, 2019) evidencia de qué manera una buena obra puede dar lugar a una multiplicidad de opiniones.
El primer desconcierto llegó dos meses atrás al obtener Joker el León de oro en el Festival de Venecia: ¿Una cinta de superhéroes ganando en un evento de extrema calidad? Los ríos de tinta y voces desde entonces han dejado claro que el malvado personaje –sombra omnipresente en los filmes de Batman– no tiene nada que ver con la musculosa cofradía de Marvel y dc Comics, y sí con una dimensión tragicómica a partir de la cual se desarrolla un drama del desamparo: la de un payaso desquiciado que, a falta de atención médica, terminará convertido en un sicópata asesino.
Muy pronto el filme trajo a la memoria la matanza ocurrida en 2012, cuando un hombre de 23 años, vestido de camuflaje y con la cara pintada de una forma que hacía recordar a Joker, disparó en una sala oscura de Colorado. Los familiares de aquellas víctimas no tardaron ahora en protestar y la policía desplegó fuerzas en los primeros días del estreno, al tiempo que no pocos cines prohibieron a los espectadores asistir a la función luciendo máscaras del protagonista. Sigue leyendo