El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, es abiertamente el financista principal de la campañita en Estados Unidos a favor de la liberación del contrarrevolucionario José Daniel Ferrer García, actualmente en prisión no por su “posición política”, sino por la comisión del delito de lesiones graves contra el ciudadano Sergio García González.
“Almugre”, como bien le conocemos por acá, se ha tomado muy en serio su papel como mecenas de la contrarrevolución cubana y a favor de Ferrer García, incluso fue quien proporcionó los ómnibus para la trasportación de las personas que participarán en la provocación anticubana que -según los “medios” basura de Miami- han convocado los familiares del contrarrevolucionario José Daniel Ferrer frente a la sede de la Embajada de Cuba en Washington, para el próximo viernes 8 de noviembre.
Quizás “Almugre” esté preocupado porque la “protesta” en Washington resulte un fiasco como la manifestación que realizaron en Austin, Texas y en la que participaron 3 ó 4 gatos. Sigue leyendo →
El pasado fin de semana la llamada Torre de la libertad, de Miami, acogió a un grupo de farsantes y mercenarios cubanoamericanos y a un personaje muy especial, por lo cínico y genuflexo al imperio que le paga y le manda: el señor Luis Almagro
El pasado fin de semana la llamada Torre de la libertad, de Miami, acogió a un grupo de farsantes y mercenarios cubanoamericanos y a un personaje muy especial, por lo cínico y genuflexo al imperio que le paga y le manda: el señor Luis Almagro.
El tema era Cuba y todo estaba organizado de manera que el convite coincidiera con las últimas medidas de la administración Trump contra la Isla de la libertad. Los allí reunidos aplaudían la suspensión de todos los viajes desde Estados Unidos a nueve aeropuertos cubanos, lo que, sin lugar a dudas, afectará principalmente a las decenas de miles de cubanos radicados en esa nación y a sus familias, que ahora se les limita y dificulta viajar a las provincias cubanas donde viven, antes conectadas por compañías aéreas estadounidenses.
El chanchullo era tal que, ese viernes el señor Luis Almagro olvidó que su deber quizá lo llamara a estar en Chile, donde más de un millón de personas se lanzaron a las calles a exigir el fin de las medidas neoliberales y, de paso, del gobierno de Sebastián Piñera.
En el país austral hubo muertos, heridos, detenidos, debido a la represión gubernamental. La oea y su secretario general, de servir para algo la organización y su guía, debieron al menos hacer una declaración de condena por esas acciones. Pero estaba ocupado en el «caso Cuba», y no se quiere quedar fuera en cualquier conspiración al respecto.
Así, Almagro prefirió, o sus amos de Washington le ordenaron, viajar a Miami –la cuna de la contrarrevolución cubana y latinoamericana–, para desde allí, ante un público muy selecto de farsantes o mercenarios, lanzar diatribas contra Cuba.
Mientras los jóvenes chilenos eran golpeados y pateados por los uniformados carabineros, cuando ya los primeros 18 muertos contabilizados estaban sepultados, y cientos de heridos aún convalecen y más de 3 000 personas están encarceladas, el paliducho personaje de la oea disfrutaba de un convite festivo y aplaudía la decisión de Trump de nuevas sanciones contra Cuba.
Nada de lo que ocurría en Chile le interesaba, aunque sí, estaba al tanto de las mentiras fabricadas por sus «observadores» enviados a las elecciones en Bolivia, sobre todo para cuestionar la irrefutable victoria de Evo Morales.
Pero esta vez Cuba era el foco de atención, y tenía que hacer el buen papel de servil empleado de Washington, junto a un grupo de personas que nada significan ni entre ellos mismos, pero que mucho dinero sacan del negocio de la contrarrevolución.
Fue un show mediático llamado a establecer «una hoja de ruta para una transición en Cuba» (no nos perdamos el nombrecito, que es el mismo adoptado por Estados Unidos en todos los lugares en los que ha intervenido militarmente, invadido, ocupado y desestabilizado), donde farsantes y bufones hacían gala de su apego al desprecio para con la Cuba que resiste y triunfa.
Algunos ejemplos de quiénes son las voces en estos actos: el congresista de origen cubano Mario Díaz-Balart, quien alabó que la administración de Trump esté «tomando medidas firmes y sin precedentes contra las dictaduras de Castro y Maduro».
Una mercenaria de poca ética que, con cualquier pretexto, incluso familiar, se pasa la vida viajando entre Miami, Europa y Sudamérica, aplaudió el «propósito para lograr un cambio en Cuba».
Cuando al parecer ya era suficiente para los oídos de la representante de Trump, la señora Carrie Filipetti, subsecretaria de Estado adjunta para Cuba y Venezuela, tomó el micrófono y repitió el famoso compromiso de que «dondequiera que ustedes estén, allí estamos nosotros».
Finalmente enfatizó que «la política de Estados Unidos es muy clara: simplemente queremos un retorno a la democracia en Cuba».
Para no quedar sin decir cualquier cosa, dos mercenarios del exilio manifestaron su «total respaldo» a toda acción de Estados Unidos para asfixiar al pueblo cubano.
Concluido el espectáculo circense, me imagino que, unos y otros, incluyendo a Almagro, abrieron sus manos en espera de la limosna que les entregaría la Usaid o el Departamento de Estado, por apoyar a un gobierno y a un presidente, empeñados en hacer rendir por hambre al pueblo cubano.
Ya desnudos, mercenarios y farsantes deben saber –y saber bien– que con Cuba y su pueblo no podrán nunca, y ni siquiera lograrán que les concedamos «ni un tantico así…».
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció hoy la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) contra Venezuela, un convenio que contempla el uso de la fuerza militar.
El mandatario describió en su cuenta en Twitter como ‘vergonzosa’ esa decisión promovida por la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual califica a Venezuela como una amenaza a la paz y a la seguridad en el hemisferio.
La Cancillería cubana emitió la víspera una declaración al respecto, en la cual rechaza enérgicamente los intentos de reactivar el TIAR y señaló que el único peligro a la paz y seguridad regional es la injerencia de Estados Unidos y la hostilidad hacia la nación suramericana.
Nuevamente, la desprestigiada OEA es el vehículo para esta ignominia donde un grupo digno de gobiernos diáfanamente se opuso a esta decisión, refiere el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sigue leyendo →
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